¿Cuantas veces no habremos charlado ustedes y yo de eso de tener 17 autonomías verdad? Pues fíjense, ahora hasta los expresidentes y presidentes de gobierno han llegado a coincidir con nostros. Si es que no puede ser, si se lo hemos dicho, que la política autonómica se inventó en la transición para contentar a las regiones más independientonas históricamente hablando y llegamos nosotros, que no es que tengamos ansias de nada, sino que nos da mucho coraje que nos tomen el pelo y le arrancamos al pobre Adolfo Suarez aquello del 145 y del 151, y eso que él lo veía venir y no quería. En fin, que se instauró el reparto “a tos por iguá” y al final ni estamos tos igual ni nos queda un duro por pedir prestado. Eso pasa por hacer política de amiguete de feria que a todo el mundo lo quiere más que nadie.
Al final, una vez más, son los partidos políticos los que acabaron quedándose con la porción jugosa de la tarta. Eso de tener 17 administraciones además de la central donde meter gente les interesa más que a nadie, porque, según se ve, al resto de los españoles, ser autónomos o no, no nos llena de mayor patriotismo regional, salvo contadas y norteñas excepciones.
Si no, fíjense en lo que ha ocurrido en Murcia. Murcia, que es comunidad autónoma uniprovincial atendiendo a la demanda de una apabullante mayoría de la ciudadanía y de las razones de la historia… en fin, dejemos eso, que lo que quería comentar con ustedes es que si están de acuerdo en que las autonomías deben ser una herramienta administrativa que sea barata y efectiva en vez del montaje seudosentimental y patriotero de patria chica que hemos hecho. Ya me dirán… y no se dejen comer el coco por los que siempre buscan culpas donde no las hay. Nos ha costado la bonanza económica que el PSOE echara al PP la culpa de los atentados y no podemos dejar que nos cueste la cordura que el PP eche la culpa de las palizas a otros si ellos no quieren que los culpen a ellos… de locos, esto es de locos. Esperemos que este desbarajuste y esta época gris sirvan para podar esta España loca en la que estamos.
Necesitábamos otra transición, y esto está acabando con autonomías a tortazos. Pobre hombre el consejero de Murcia, chivo expiatorio de la maldad de nuestros genes políticos. Lo que si tenemos que hacer es levantar la voz muy claramente para que sepan todos a dónde queremos hacer el tránsito, que es palabra que, gracias a Dios, no hemos tenido que usar en el caso del consejero murciano. Por cierto, ¿recuerdo mál o es consejero de cultura? Qué metáfora, ¿verdad? hemos dejado esto en manos de quienes por toda sabiduría blanden un puño americano. Ahora sí que estamos en estado de alerta.
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