Saturday, June 26, 2010

Saturday, June 19, 2010

Los sueldos de los políticos

Me preguntan mi opinión, en caso de que tuviera que ser algún día oída en nuestro ayuntamiento, sobre el sueldo de los políticos y los cargos de libre designación.

Es una opinión, creo que clara pero no simple. A ver si consigo exponerla ordenadamente.

Por un lado creo que un político no debe estar mal pagado. La necesidad económica crea situaciones personales y familiares que dificultan el objetivo y honesto desempeño del servicio público. Por ello pienso que los políticos deben tener sueldos dignos.

En caso de que la persona que acceda al cargo público viniese del mundo laboral ganando un alto salario, tampoco veo justo que si se le considera como la más válida para el cargo, tenga que renunciar a su nivel de vida como un sacrificio para servir a la comunidad. La santidad poco tiene que ver con desempeño de un cargo público. Así como no parece conveniente renunciar a la inversión en la excelencia por ahorrar un dinero que está al servicio de la ciudadanía si ese servicio realmente lo vale.

Por otro lado, el actual sistema (que permite que la política sea un medio de enriquecimiento personal para quienes antes de entrar en ella no tenían un medio de ganarse el sueldo o tenían sueldos mínimos) ha dado como resultado que, a menudo, los equipos políticos sean un grupo de ciudadanos y ciudadanas con pocos o ningunos conocimientos técnicos y teóricos y con escasa formación política y humana.

La situación no tiene una solución simple. No se pueden restringir los sueldos a unos niveles tan bajos que hagan que las mejores y los mejores de entre nosotros no se planteen siquiera el servir a su comunidad a través de la política ni se deben establecer tan altos que sean una golosina para quienes no tengan otra salida laboral. Qué difícil.

Pensando en ello, se me ha ocurrido alguna vez la idea de establecer en nuestro Ayuntamiento un sistema que conjugue ambas cosas, es decir, poner una especie de sueldo mínimo digno pero retribuir a cada cargo de manera análoga a lo que ganara fuera de la política. Para no ser injustos con quienes estando en el paro o sin trabajar quisieran dedicarse a ello, habría que establecer unos sueldos acordes al nivel funcionarial al que correspondiera el puesto a ocupar, pero sin caer en que quien gestionara un servicio ganase un múltiplo enorme del de los funcionarios y funcionarias a su cargo. No es lógico que quien opositó gane mil euros al mes y su jefe o jefa, sin más nivel que ellos, gane sesenta mil al año. No sé si me explico.

Esa sería mi intención. Que los utreranos no tuvieran que ver que alguien sin oficio ni beneficio previo, por sólo desempeñar un cargo, se enriquezca con el dinero de todos, y que no se quedara Utrera sin el servicio de alguien de una validez excepcional porque decidamos no pagarle su precio.

Ahora, eso sí, hay cosas que no se estudian y que sí que no tienen precio: la honradez, la honestidad y la bondad. Eso sí que hay que ofrecerlo gratis y sí que es un título que si no se demuestra día a día ,hace que alguien no quepa en un cargo público.

La caída del socialismo o la tragedia del PSOE. Protagonistas Sevilla, Punto Radio, Martes 15 de junio de 2010

Tienen su propia tragedia. Han mentido. Y han mentido de la peor manera posible, porque antes de mentirnos a los demás se han mentido a sí mismos… y mismas.

No me digan que no es curioso. El equipo de gobierno gobierna en contra de todos sus ideales, pero sigue gobernando. Ha sufrido una transformación monstruosa, porque el gobierno del PSOE no era la crisálida de una mariposa derechista y se ha convertido en el revoloteo de las reformas que la derecha lleva pidiendo mucho tiempo.

Debe ser muy triste para ellos estar en un gobierno que sin dar bandazos, de eso nada y sin cambiar de opinión, nada de eso tampoco, por supuesto, está realizando un gobierno que están convencidos es el que haría el partido popular.

Se ven perdiendo las elecciones por gobernar en contra de todo lo que creían. ¿Mira que si es que tras la caída del comunismo vamos a tener que decidir que también el socialismo es imposible? Nos está costando sangre, sudor y lágrimas la marcha atrás socialista, pero deseemos que sea para bien. Esas administraciones hipertrofiadas, ese monopolio del dinero del país, ese estar metido en todo huele a catástrofe. No se puede acaparar cada aspecto de la vida de los ciudadanos y ciudadanas, crear administración para cada cosa y administradores que vivan como marqueses por gestionar lo que no es suyo y nadie les pide que gestionen.

Cuando entraron las arcas estaban llenas. Ahora están vacías y tienen que hacer trabajo sucio que le ahorrarán al gobierno que llegue… por eso me es imposible ponerme en su lugar, porque si yo tuviera que ser un alien de mí mismo o de mí misma no me quedaría en el lugar que me exige eso. Zapatero y todo su entorno negaban que fueran a hacer lo que están haciendo, pero están haciéndolo y siguen sin moverse del sillón.

Puede que la crisis me haya dejado obtuso, pero si le pierdo la cara al toro y el toro se arranca, no me quedaría en el sitio mirando al público con cara de bobo y esperando pañuelos, mientras oigo los gritos y la bronca, eso no es torería, es tontería…

En fin, que yo no entienda algo no quiere decir que eso sea ininteligible, así que seguiremos mirando la metamorfosis del alien que se está devorando a sí mismo mientras se alimenta de nuestro trabajo… de los que aún quedamos trabajando, claro.

Friday, June 11, 2010

Protagonistas Sevilla. Punto Radio. Martes 8 de junio de 2010. Las dos Españas

Cuando las dos Españas de los años treinta acabaron enfrentándose a sangre y fuego no fueron exactamente dos Españas las que se enfrentaron, fueron todos los españoles contra todos los que se apuntaban a la cabeza llenos de exaltación y de odio. Convivían los ánimos festivos y de victoria con el terror y la masacre. Conforme la guerra fue avanzando, uno de los bandos, el que ganó la guerra se fue convirtiendo en una máquina monolítica y férrea, pero unida, que se alzó con una victoria triste y sangrienta. Eso sí que fue una crisis. Abonado con sangre el futuro que tenemos hoy comenzó a germinar de una forma lenta e inexorable. Los españoles aguantamos cuarenta años de dictadura, hicimos una transición, fundamos una democracia y hoy vivimos en un país de libertades.

Hace poco escuché en un bar que la cosa estaba como antes de la guerra. Y quien dijo eso lo dijo, al menos así lo intuí, como creyendo que era necesaria otra para arreglar esto. ¡Qué horror! Afortunadamente, parece que no volveremos a caer en lo mismo. Pero es significativo. Y no es la primera vez que lo oigo.

Simplificando al máximo, creo que lo que ocasionó la guerra que todavía le duele a mucha gente, fue la ruptura de las normas. Todo estaba fatal, como ahora, pero en ese fatal había elementos que no se nos dan hoy. Había miseria, había imposibilidad de acceso a la cultura de muchos, y los políticos y militares levantiscos no respetaban las decisiones de la mayoría. En el 34 se dinamitó un gobierno de derechas elegido mayoritariamente, y en el 36 se pronunciaron militarmente contra la decisión republicana de las urnas. Sé que cualquiera que se siga sintiendo de alguno de aquellos dos bandos es aún hoy capaz de defender sus barbaries… Afortunadamente, parece que no volveremos a caer en lo mismo. Hoy, la España que se presenta a los ojos es una, una que vota mayoritariamente a dos partidos distintos y a algunos nacionalismos, pero una. Una España que se pinta las manos de blanco cuando una bala intenta superponerse a las razones. Un pueblo que no respeta a su clase política aunque vote a un lado o a otro. Una sociedad donde a todo el mundo le va mal, al menos, peor que hace unos años. Nuestros sueldos y pensiones decrecen, los parados se cuentan por millones, la bronca sigue… pero seguimos armados de paciencia esperando que esto cambie aceleren o no el momento en que podamos expresarnos ante las urnas.

La única pólvora que suena es la de unos fuegos artificiales que han decidido por su cuenta que no podamos tener la fiesta en paz, cuando estaban pensados para llenarlo todo de color… y busquen la metáfora que les parezca mejor, que tiene su intención.

Thursday, June 03, 2010

Martes 1 de Junio de 2010. Protagonistas Sevilla, punto Radio

Es muy difícil de conseguir, pero lo conseguiremos. No nos queda otro remedio. Claro que me refiero a la crisis, y digo que es muy difícil porque tenemos que cambiar la manera de pensar y de ver el mundo.

Nuestro todavía alcalde, fue a Barcelona a ver jugar al Sevilla. Los gastos no corrían por su cuenta. Valga. Es algo que habrá que cambiar también, porque el deporte no es política, pero bueno, poco a poco. Decía que fue a Barcelona a ver la final y que fue en avión y que se pagó del dinero público. Está bien. ¿Pero se han enterado de lo que hizo? Mandó a su chófer con su coche privado, que es un bien público, para circular por Barcelona cuando llegara. Y luego el coche volvió para Sevilla. ¡Qué barbaridad! Mil doscientos kilómetros dos veces, vaya paliza y vaya despilfarro… y vaya pegote.

Eso es lo que tenemos que cambiar. La manera que tenemos de ver los cargos públicos. Monteseirín es médico. No es un cualquiera. Es persona preparada y que debe estar orgullosa de sus méritos, y, aún así, ha caído en semejante despropósito. No ha pensado ni en las consecuencias, ni en las razones, ni en su chófer… Seguimos viendo la política como un lugar donde uno se comporta como un reyezuelo peleón y aprovechado en vez de cómo un púlpito de servicio público. Está bien que pasen cosas así si nos sirve para escandalizarnos y para que ocurran cada vez con menos frecuencia.

Crisis significa, ya lo sabrán, cambio. Estamos cambiando. Ahora que pintan vacas flacas nos parece mal el abuso del dinero público. Ojalá que cuando salgamos de este largo parto y valle de lágrimas, hayamos saneado las cuentas y las costumbres. La política tiene que pasar a ser un acto universalmente reconocido como bueno y generoso. Nuestros políticos tienen que inspirarnos respeto y reconocimiento. Tenemos que reconocerles juego limpio y grandeza. Se lo debemos exigir y no deberíamos permitir otra cosa.

En caso de ir al fútbol con dinero público, deberían coger su móvil público llamar al otro alcalde público y decirle que si le busca algún transporte público, o al menos si le dejan un coche público. Ser un hombre o una mujer pública debería, y tenemos que exigirlo, debería conllevar que todo lo que se publique de ellos y ellas nos haga estar de acuerdo o no pero aprobar su conducta.

Y tal como están las cosas eso deber ocurrir, ya. Volando, que es palabra adecuada a este momento.