Tuesday, November 24, 2009

Punto Radio.Protagonistas Sevilla. Martes 24 de noviembre de 2009.

Creí que la charla política había terminado después de todo un fin de semana dedicado a ello, pero cuando he subido al AVE para volver a Sevilla, me he encontrado con compañeros y compañeras que también volvían a casa, a Sevilla.

Estamos cansados, pero se nos nota la satisfacción en las caras. Venimos de una fiesta enorme. De un acontecimiento que le devuelve el brillo al gran avance de la humanidad. Venimos de celebrar la democracia como ciudadanos. Desde el viernes hasta el domingo, hemos estado encerrados hablando y discutiendo sobre lo que los ciudadanos de este país quieren y necesitan. Hemos aprobado llevar a la política las opiniones de las personas de la calle que todos somos. Como ciudadanos, hemos decidido que si no hay otra manera de hacerse oír en política más que siendo de un partido político, pues seremos ciudadanos que crean un partido político para hacerse oír. No seremos eso que en la calle se llama “los políticos”, seremos la calle haciendo política y por eso hemos decidido poner en manos de la sociedad española la posibilidad de que le gritemos de una vez por todas a quienes gobiernan su pequeño país a expensas de todo un país que ya está bien, que todos somos partes iguales de un proyecto común. Seremos la calle ofreciéndole a la calle misma, la posibilidad de que a todos nos cueste igual el voto del partido al que votamos, por pequeño que sea ese partido. Hemos decidido ofrecerle a la calle, en las aceras y en los semáforos, bajo los árboles o asomados al balcón, la posibilidad de decir a boca llena a nuestros gobiernos que no queremos ser ciudadanos de un país que no defiende a los oprimidos de Cuba y a los masacrados del pueblo saharaui…

Sí, ya lo sé, somos una cosa rara. Un grupo, grande para ser grupo, pero tan pequeño aún que os estamos necesitando con los brazos abiertos, un grupo, decía, de mujeres y de hombres que se ha hartado de tragar lo intragable y que se ha echado a la calle a poner las cosas en su sitio, porque no hay enemistad entre partidos ni derecho histórico ni conveniencia o corrección política que estén por encima de su derecho (sí, del suyo, del de usted) a que, quienes usted vota, se dejen la piel si hace falta para que usted se hinche de orgullo cuando diga que a esa persona, “la he votado yo.”

Tuesday, November 10, 2009

Martes 10 de noviembre. Protagonistas Sevilla. Punto Radio.

A dentelladas secas y calientes. Me dan ganas de rebelarme, de pregonar revoluciones o golpes de Estado, de tirarme a la calle como un loco para llorar gritando contra la ley y el orden.

Nadie está por encima de la ley. Y usan esa frase hueca para dinamitar la ley de los corazones. No lo entiendo. No entiendo que la defensa de algo que emana del pueblo y se administra en nombre del Rey pueda acabar provocando que un niño lleve sobre sus hombros el peso del mundo.

¿Se pueden imaginar qué siente ese niño? ¿Nadie ha pensado lo que supone para cualquier persona pensar que toda su vida es la causa de su perdición? Pobre mío. Ha asegurado que no comerá tarta el día de su cumpleaños. Es capaz de hacer el mayor de los sacrificios para seguir con sus padres. Unos padres hundidos y desesperados. Imputados por un delito por hacer lo contrario a lo que se les imputa. La fiscalía les acusa de sustracción de un menor, cuando es la administración la que pretende sustraerlo. Ellos no están haciendo nada malo. Están siguiendo la ley natural del amor. Están protegiendo a su hijo, porque el lugar más protegido para un niño está junto al amor de sus padres.

Este no es un caso de maltrato ni de crueldad. En el peor de los supuestos es un caso de impotencia o de falta de recursos culturales. Por Dios. Toda España debería estar en las calles como han estado en las calles los que rezan por el Alakrana.

Pobre mío. Nadie ha pensado en las buenas maneras, en las palabras de aliento, en educar a los integrantes de un hogar sin destrozar ese hogar. El rodillo de las decisiones administrativas se ha puesto en marcha y está machacando el alma de la gente del pueblo.

Emana del pueblo y se administra en nombre del Rey. Si yo fuera el Rey, yo mismo, en nombre de mi pueblo, invitaría a esa familia a pasar un tiempo en mi casa, todos juntos, y hacer un simple cursillo de nutrición y psicología infantil. Y si yo fuera el Rey saldría gritando a la calle, a dentelladas secas y calientes, con el uniforme de humano puesto, para ordenar que jamás se aplique una ley dejando el corazón de lado. Y ayudaría a ese niño a llevar el peso del mundo.

Thursday, November 05, 2009

Seguid hambrientos. Seguid alocados. Steve Jobs. Tomado de la red. Agradecido al traductor.

Texto de la conferencia que dio Steve Jobs, Director Ejecutivo de Apple Computer y Pixar Animation Studios, el 12 de Junio de 2005 en la Ceremonia de Graduación —Commencement— de Stanford. Podéis leer aquí el original en inglés. E incluso escucharlo en versión original aquí. Una cosa más, hay un vídeo de los últimos 2 minutos y medio de la intervención en esta dirección. ¡Gracias, Nepro!

Tengo el honor de estar hoy aquí con vosotros en vuestra graduación en una de las mejores universidades del mundo. Nunca me gradué. A decir verdad, esto es lo más cerca que jamás he estado de una graduación universitaria. Hoy os quiero contar tres historias de mi vida. Nada especial. Sólo tres historias.

La primera historia versa sobre cómo se conectan los puntos.

Dejé Reed College después de los seis primeros meses, pero después seguí por allí por libre otros 18 meses, más o menos, antes de dejarlo de veras. Entonces, ¿por qué lo dejé?

Comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era una titulada universitaria joven y soltera, y decidió darme en adopción. Ella tenía muy claro que quienes me adoptaran tendrían que ser titulados universitarios, de modo que todo se preparó para que fuese adoptado al nacer por un abogado y su mujer. Solo que cuando aparecí decidieron en el último momento que lo que de verdad querían era una niña. Así que mis padres, que estaban en lista de espera, recibieron una llamada a media noche preguntando: “Tenemos un niño no esperado; ¿lo queréis?” “Por supuesto”, dijeron. Mi madre biológica se enteró de que mi madre no tenía titulación universitaria, y que mi padre ni siquiera había terminado el bachillerato, así que se negó a firmar los documentos de adopción. Sólo cedió, meses más tarde, cuando mis padres prometieron que algún día iría a la universidad.

Y 17 años más tarde realmente fui a la universidad. Pero de forma descuidada elegí una universidad que era casi tan cara como Stanford, y todos los ahorros de mis padres de clase trabajadora los estaba gastando en mi matrícula. Después de seis meses, no le veía propósito alguno. No tenía idea de qué quería hacer con mi vida, y menos aún de cómo la universidad me iba a ayudar a averiguarlo. Y me estaba gastando todos los ahorros que mis padres habían conseguido a lo largo de su vida. Así que decidí dejarlo, y confiar en que las cosas saldrían bien. En su momento me dio miedo, pero en retrospectiva fue una de las mejores decisiones que nunca haya tomado. En el momento en que lo dejé, ya no fui más a las clases obligatorias que no me interesaban, y comencé a meterme en las que parecían interesantes.

No era idílico. No tenía dormitorio, así que dormía en el suelo de las habitaciones de mis amigos, devolvía botellas de Coca Cola por los 5 céntimos del depósito para conseguir dinero para comer, y caminaba más de 10 Km los domingos por la noche para comer bien una vez por semana en el templo de los Hare Krishna. Me encantaba. Y muchas cosas con las que me fui topando al seguir mi curiosidad e intuición resultaron no tener precio más adelante.

Os daré un ejemplo: en aquella época el Reed College ofrecía la que quizá fuese la mejor formación en caligrafía del país. En todas partes del campus, todos los póster, todas las etiquetas de todos los cajones, estaban bellamente caligrafiadas a mano. Como ya no estaba matriculado y no tenía clases obligatorias, decidí atender al curso de caligrafía para aprender cómo se hacía. Aprendí cosas sobre el serif y tipografías sans serif, sobre los espacios variables entre combinaciones de letras, sobre qué hace realmente grande a una gran tipografía. Era sutilmente bello, histórica y artísticamente, de una forma que la ciencia no puede capturar, y lo encontré fascinante.

Nada de esto tenía ni la más mínima esperanza de aplicación práctica en mi vida. Pero diez años más tarde, cuando estábamos diseñando el primer ordenador Macintosh, volvió a mí. Y diseñamos el Mac con todo dentro. Fue el primer ordenador con tipografías bellas. Si nunca me hubiera dejado caer por aquél curso concreto en la universidad, el Mac jamás habría tenido múltiples tipografías, ni tipos con espaciado proporcional. Y como Windows no hizo más que copiar el Mac, es probable que ningún ordenador personal los tuviera. Si nunca hubiera decidido dejarlo, no habría entrado en esa clase de caligrafía, y los ordenadores personales no tendrían la maravillosa tipografía que poseen. Por supuesto que era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en clase. Pero era muy, muy claro al mirar atrás diez años más tarde.

Otra vez: no se pueden conectar los puntos hacia adelante, sólo puedes hacerlo hacia atrás. Así que tenéis que confiar en que los puntos se conectarán alguna vez en el futuro. Tienes que confiar en algo — tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Esta forma de actuar nunca me ha dejado tirado, y ha marcado la diferencia en mi vida.


Mi segunda historia es sobre el amor y la pérdida.

Tuve suerte — supe pronto en mi vida qué era lo que más deseaba hacer. Woz y yo creamos Apple en la cochera de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos mucho, y en diez años Apple creció de ser sólo nosotros dos a ser una compañía valorada en 2 mil millones de dólares y 4.000 empleados. Hacía justo un año que habíamos lanzado nuestra mejor creación — el Macintosh — un año antes, y hacía poco que había cumplido los 30. Y me despidieron. ¿Cómo te pueden echar de la empresa que tú has creado? Bueno, mientras Apple crecía contratamos a alguien que yo creía muy capacitado para llevar la compañía junto a mí, y durante el primer año, más o menos, las cosas fueron bien. Pero luego nuestra perspectiva del futuro comenzó a divergir, y finalmente nos apartamos completamente. Cuando eso pasó, nuestra Junta Directiva se puso de su parte. Así que a los 30 estaba fuera. Y de forma muy notoria. Lo que había sido el centro de toda mi vida adulta se había ido, y fue devastador.

Realmente no supe qué hacer durante algunos meses. Sentía que había dado de lado a la anterior generación de emprendedores - que había soltado el testigo en el momento en que me lo pasaban. Me reuní con David Packard [de Hewlett Packard] y Bob Noyce [inventor del circuito integrado, Intel], e intenté disculparme por haberla fastidiado tanto. Fue un fracaso muy notorio, e incluso pensé en huir del valle [Silicon Valley]. Pero algo comenzó a abrirse paso en mí — aún amaba lo que hacía. El resultado de los acontecimientos en Apple no había cambiado eso ni un ápice. Había sido rechazado, pero aún estaba enamorado. Así que decidí comenzar de nuevo.

No lo vi así entonces, pero resultó ser que el que me echaran de Apple fue lo mejor que jamás me pudo haber pasado. Había cambiado el peso del éxito por la ligereza de ser de nuevo un principiante, menos seguro de las cosas. Me liberó para entrar en uno de los periodos más creativos de mi vida.

Durante los siguientes cinco años, creé una empresa llamada NeXT, otra llamada Pixar, y me enamoré de una mujer asombrosa que se convertiría después en mi esposa. Pixar llegó a crear el primer largometraje animado por ordenador, Toy Story, y es ahora el estudio de animación más exitoso del mundo. En un notable giro de los acontecimientos, Apple compró NeXT, regresé a Apple, y la tecnología que desarrollamos en NeXT es el corazón del actual renacimiento de Apple. Y Laurene y yo tenemos una maravillosa familia.

Estoy bastante seguro de que nada de esto habría ocurrido si no me hubieran echado de Apple. Creo que fue una medicina horrible, pero supongo que el paciente la necesitaba. A veces, la vida te da en la cabeza con un ladrillo. No perdáis la fe. Estoy convencido de que la única cosa que me mantuvo en marcha fue mi amor por lo que hacía. Tenéis que encontrar qué es lo que amáis. Y esto vale tanto para vuestro trabajo como para vuestros amantes. El trabajo va a llenar gran parte de vuestra vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer lo que consideráis un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial es amar lo que hacéis. Si aún no lo habéis encontrado, seguid buscando. No os conforméis. Como en todo lo que tiene que ver con el corazón, lo sabréis cuando lo hayáis encontrado. Y como en todas las relaciones geniales, las cosas mejoran y mejoran según pasan los años. Así que seguid buscando hasta que lo encontréis. No os conforméis.


Mi tercera historia es sobre la muerte.

Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo como: “Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón”. Me marcó, y desde entonces, durante los últimos 33 años, cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: “Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?” Y si la respuesta era “No” durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo.

Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida. Porque prácticamente todo — las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso — se desvanece frente a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante. Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir al corazón.

Hace casi un año me diagnosticaron cáncer. Me hicieron un barrido a las 7:30 de la mañana, y mostraba claramente un tumor en el páncreas. Ni siquiera sabía qué era el páncreas. Los médicos me dijeron que era prácticamente seguro un tipo de cáncer incurable, y que mi esperanza de vida sería de tres a seis meses. Mi médico me aconsejó que me fuese a casa y dejara zanjados mis asuntos, forma médica de decir prepárate a morir. Significa intentar decirle a tus hijos todo lo que ibas a contarles en los próximos diez años en unos pocos meses. Significa asegurarte de que todo queda atado y bien atado, para que sea tan fácil como sea posible para tu familia. Significa decir adiós.

Viví todo un día con ese diagnóstico. Luego, a última hora de la tarde, me hicieron una biopsia, metiéndome un endoscopio por la garganta, a través del estómago y el duodeno, pincharon el páncreas con una aguja para obtener algunas células del tumor. Yo estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me dijo que cuando vieron las células al microscopio los médicos comenzaron a llorar porque resultó ser una forma muy rara de cáncer pancreático que se puede curar con cirugía. Me operaron, y ahora estoy bien.

Esto es lo más cerca que he estado de la muerte, y espero que sea lo más cerca que esté de ella durante algunas décadas más. Habiendo vivido esto, ahora os puedo decir esto con más certeza que cuando la muerte era un concepto útil, pero puramente intelectual:

Nadie quiere morir. Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo quiere morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y así tiene que ser, porque la Muerte es posiblemente el mejor invento de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo. Ahora mismo lo nuevo sois vosotros, pero dentro de no demasiado tiempo, de forma gradual, os iréis convirtiendo en lo viejo, y seréis apartados. Siento ser tan dramático, pero es bastante cierto.

Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otro. No os dejéis atrapar por el dogma — que es vivir según los resultados del pensamiento de otros. No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior. Y lo más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición. De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser. Todo lo demás es secundario.

Cuando era joven, había una publicación asombrosa llamada The Whole Earth Catalog [Catálogo de toda la Tierra], una de las biblias de mi generación. La creó un tipo llamado Stewart Brand no lejos de aquí, en Menlo Park, y la trajo a la vida con su toque poético. Eran los últimos años 60, antes de los ordenadores personales y la autoedición, así que se hacía con máquinas de escribir, tijeras, y cámaras Polaroid. Era como Google con tapas de cartulina, 35 años de que llegara Google: era idealista, y rebosaba de herramientas claras y grandes conceptos.

Stewart y su equipo sacaron varios números del The Whole Earth Catalog, y cuando llegó su momento, sacaron un último número. Fue a mediados de los 70, y yo tenía vuestra edad. En la contraportada de su último número había una fotografía de una carretera por el campo a primera hora de la mañana, la clase de carretera en la que podrías encontrarte haciendo autoestop si fueseis así de aventureros. Bajo ella estaban las palabras: “Sigue hambriento. Sigue alocado”. Era su último mensaje de despedida. Sigue hambriento. Sigue alocado. Y siempre he deseado eso para mí. Y ahora, cuando os graduáis para comenzar de nuevo, os deseo eso.

Seguid hambrientos. Seguid alocados.

Muchísimas gracias a todos.

Wednesday, November 04, 2009

Martes 3 de noviembre. Protagonistas Sevilla, Punto Radio. Con la voz de Carlota.

La tengo olvidada, es cierto, la tengo olvidada. Pero jamás me olvido de ella. Y le debo un homenaje. Vamos a entrar en noviembre y brilla aún limpia como una mirada limpia

Me da igual cantar en Sierpes que en la Plaza Nueva

pasear por esas callecitas tan estrechas…

La oímos hablar cada día, con rumor de río, de alcaldes y políticos, de corruptelas, atascos y obras; de sevillanos en paro, de sevillanas sin trabajo, de nombres conocidos por nuestras calles, de abuelos y abuelas que cuidan de nuestros hijos… y de nuestros destinos

Me senté en una plaza llena de colores

y aspiré el suave aroma que dejan las flores al amanecer

Pero, ahora que lo pienso, no es un olvido. Es el silencio de la presencia inmutable. Es el no hablar de la amada siempre presente, de la ciudad que te presta su suelo y su aire. Es el callar cómplice de la intimidad

Recorrer senderos por el parque de Maria Luisa

y tirar piropos que se eleven con la brisa

No tengo otra razón, pero oyendo la magia de esta voz se me hizo necesario hablarle un poco a Sevilla y dejar entre el paréntesis de este abril de otoño a los que nos gobiernan y a lo que nos desgobierna

Quiero ser un vagabundo más
tapado por estrellas que alumbren mi ciudad

Es la magia de ser los protagonistas de esta ciudad blanca y serena que jamás nos da la espalda. La magia de un azul nube que se resiste a irse como se resisten los sevillanos a bajar la vista y arrodillarse a la tristeza. Era sólo eso

Compartir en la noche un momento

compartir en silencio el deseo de vivir