Si se acuerdan, el martes pasado hablábamos de la importancia de los cambios. Los noticiarios de esta semana han abierto todos con la reforma sanitaria de Obama.
Según una tradicional clasificación del periodismo mundo, las noticias pueden ser importantes y/o interesantes, con lo que algo importante puede no interesar o algo interesante puede carecer totalmente de importancia. En esto último se basan los programas esos que llamamos “del corazón”. Arrasan en audiencia porque interesan a mucha gente, aunque la trascendencia de sus contenidos no es ni siquiera analizable. Los programas informativos viven a base de la importancia de sus temas. Los mixtos, esos que ocupan las medias mañanas y las medias tardes, suelen aunar ambos aspectos para informar y entretener.
Ahora entro en materia. En prácticamente ninguno de ellos he escuchado tratar con detenimiento nada de lo que ha ocurrido y parece que va a ocurrir en Andalucía. Los ministros estuvieron en Sevilla, Griñán está cambiando puestos claves en nuestra administración autonómica… y nada. A nivel nacional no se habla de esto en absoluto. Y por eso decía, si no aparece es que no es ni interesante ni importante. Y uniéndolo a la teoría de los cambios podríamos deducir que no es noticia clave porque no introduce ningún cambio. Pero si Griñan está cambiando cosas, la teoría falla ¿no?
Tendremos entonces que analizar un poco más a qué cambios nos referimos.
Si alguien nos cambia un billete de 50 euros por un diamante aceptamos locos de alegría. Si nos lo cambian por una estampita de Mickey nos enfadamos… pero si alguien nos da dos de veinte y uno de diez, nos quedamos tan tranquilos y no le damos mayor importancia. ¿Será por eso por lo que nos interesa lo de Obama, porque alguien está dando diamantes a 50 euros? ¿Devoramos la prensa rosa por el morbo de ver cómo hay quien cobra estampitas a precio de oro vendiendo su vida por millones?
Obama, los cambios, la prensa rosa… ah sí, y Andalucía y Griñán y Arenas y Monteseirín… Era de eso de lo que queríamos hablar, sólo que, no hay nada importante que decir, al menos, nada que nos interese en esta política que tanto afecta a nuestros intereses.
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