How many roads must a man walk down
Before they call him a man
How many seas must a white dove sail
Before she sleeps in the sand
How many times must the cannonballs fly
Before they are forever banned
The answer, my friend, is blowing in the wind
The answer is blowing in the wind
En esta canción, Dylan se pregunta cuántas veces tiene que ocurrir algo para que nos demos cuenta de que estamos equivocados. Está en inglés y no tengo tiempo en la columna para traducírosla, pero el inglés se ha convertido en el idioma planetario y es probable que sepan de qué va. La música, al menos, sí que es un lenguaje universal y seguro que les suena.
¿Qué curioso, verdad? Nosotros aquí hablando de lenguajes universales, millones de personas estudiando inglés para hablar la misma lengua… y nuestros senadores y senadoras, que hablan entre ellos una misma lengua por razón de nacimiento, que lo tienen a huevo, que lo tienen tirao… deciden gastarse nuestros dineros, pasando de medidas anti crisis y de los problemas de los contribuyentes… deciden gastárselo en traductores. De verdad, y saben que no es mi tono habitual, pero… ¿se puede ser más imbécil? Es ir en contra de todo sentido común, de todo sentido de la decencia y de toda medida de ahorro y de ajuste.
Y no confundamos lo uno con lo otro. Hay que defender y respetar las lenguas de España. Soy filólogo, he dedicado mi vida a ello… pero la lengua y la política son mala ligazón. Una lengua no tiene vida ni corazón más allá de sus hablantes.
El senado es la cámara de representación territorial y España es, territorialmente, un solo agujero negro donde la economía y la esperanza y confianza en nuestros políticos se hunde al unísono. Desde luego ellos se lo están ganando a pulso. Qué caro nos está saliendo tener 17 cámaras legislativas, 17 ejecutivos… 17 representaciones traducidas a la estupidez… pero claro siempre habrá sueldos que recortar o pensiones que congelar… mientras no se toque lo intocable.
Cuántas veces haremos el idiota hasta darnos cuenta de que ese camino sólo lleva al fondo… La respuesta está en el viento, que es el único dueño de no sé qué, dijo nuestro presidente en el senado americano hablando no recuerdo qué idioma.