Me preguntan mi opinión, en caso de que tuviera que ser algún día oída en nuestro ayuntamiento, sobre el sueldo de los políticos y los cargos de libre designación.
Es una opinión, creo que clara pero no simple. A ver si consigo exponerla ordenadamente.
Por un lado creo que un político no debe estar mal pagado. La necesidad económica crea situaciones personales y familiares que dificultan el objetivo y honesto desempeño del servicio público. Por ello pienso que los políticos deben tener sueldos dignos.
En caso de que la persona que acceda al cargo público viniese del mundo laboral ganando un alto salario, tampoco veo justo que si se le considera como la más válida para el cargo, tenga que renunciar a su nivel de vida como un sacrificio para servir a la comunidad. La santidad poco tiene que ver con desempeño de un cargo público. Así como no parece conveniente renunciar a la inversión en la excelencia por ahorrar un dinero que está al servicio de la ciudadanía si ese servicio realmente lo vale.
Por otro lado, el actual sistema (que permite que la política sea un medio de enriquecimiento personal para quienes antes de entrar en ella no tenían un medio de ganarse el sueldo o tenían sueldos mínimos) ha dado como resultado que, a menudo, los equipos políticos sean un grupo de ciudadanos y ciudadanas con pocos o ningunos conocimientos técnicos y teóricos y con escasa formación política y humana.
La situación no tiene una solución simple. No se pueden restringir los sueldos a unos niveles tan bajos que hagan que las mejores y los mejores de entre nosotros no se planteen siquiera el servir a su comunidad a través de la política ni se deben establecer tan altos que sean una golosina para quienes no tengan otra salida laboral. Qué difícil.
Pensando en ello, se me ha ocurrido alguna vez la idea de establecer en nuestro Ayuntamiento un sistema que conjugue ambas cosas, es decir, poner una especie de sueldo mínimo digno pero retribuir a cada cargo de manera análoga a lo que ganara fuera de la política. Para no ser injustos con quienes estando en el paro o sin trabajar quisieran dedicarse a ello, habría que establecer unos sueldos acordes al nivel funcionarial al que correspondiera el puesto a ocupar, pero sin caer en que quien gestionara un servicio ganase un múltiplo enorme del de los funcionarios y funcionarias a su cargo. No es lógico que quien opositó gane mil euros al mes y su jefe o jefa, sin más nivel que ellos, gane sesenta mil al año. No sé si me explico.
Esa sería mi intención. Que los utreranos no tuvieran que ver que alguien sin oficio ni beneficio previo, por sólo desempeñar un cargo, se enriquezca con el dinero de todos, y que no se quedara Utrera sin el servicio de alguien de una validez excepcional porque decidamos no pagarle su precio.
Ahora, eso sí, hay cosas que no se estudian y que sí que no tienen precio: la honradez, la honestidad y la bondad. Eso sí que hay que ofrecerlo gratis y sí que es un título que si no se demuestra día a día ,hace que alguien no quepa en un cargo público.
No comments:
Post a Comment